Mitades de noviembre y este Osasuna que no arranca. Dejando aparte las remontadas vividas en El Sadar que nos daban ciertos síntomas de haber recuperado esa fe por ganar los partidos tras primero encajar gol que años atrás nos faltaba, lo cierto es que la imagen que estamos viendo del equipo en casa no es la que nos gustaría ver o por lo menos la que esperábamos.
Las bajas de Oier (no hay liderazgo sobre el campo. Lo siento por Flaño) y Lotiés, han afectado demasiado al equipo. Y lo mismo ha ocurrido con la limitación de 18 fichas profesionales, con la obligatoriedad de tener a 7 de ellas sobre el campo para no incumplir la normativa y con la confección actual de una plantilla con excesivo número de internacionales para jugar en Segunda División sin previamente haberse asegurado de que la LFP y la RFEF (ambas) estaban a favor de aplazar partidos en los que Osasuna se viera afectado por esa cuestión.
