miércoles, 9 de octubre de 2013

OSASUNA Y EL JUGADOR NAVARRO. LA IDENTIDAD DE UN CLUB


50 años después, 50, Osasuna presentó un once inicial sin navarros. Las lesiones de Echaide, de Torres, de Flaño, el hecho de que Satrústegui haya salido hace bien poco de una bastante grave y las decisiones de Javi Gracia de dejar en el banquillo a Manu, a Oier, al mencionado Satrústegui y a Puñal (pese a aquel recital de primera parte contra el Levante) fueron factores claves para que desgraciadamente esto sucediese.

50 años es un dato que habla por sí solo. Un dato rimbombante, serio, importante y por lo tanto de los de tener en cuenta; lo contrario me parecería de una bajeza supina. Restarle importancia a esto y/o calificarlo de "absurdo" como alguno ya ha hecho, no demuestra otra cosa que desconocimiento alarmante del significado y de la identidad que ha acompañado a este club a lo largo de sus casi 93 años de historia.

Como bien dice Sebastián Etcheberry en su artículo "El valor de la identidad "La identidad es algo exento a triunfos o derrotas. Los trasciende. Permanece. Si un club se ocupa de ella, permanece. Y eso es lo que pone verdaderamente orgulloso al hincha con neuronas desintoxicadas. O lo que debería ser motivo de orgullo"

Y es que... hago una pregunta ¿Acaso solo creo yo que para disfrutar de buenos resultados y sufrir bastante menos tengo otros tantos equipos de Primera División (Getafes, Villarreales etc)?
No se vosotros pero yo necesito identificación. Y el factor que sobre todo aporta eso en un club como Osasuna -por encima de todo- es el de la presencia en el equipo de gente de casa, gente que en el partido del Calderón (por un breve espacio de tiempo) y en el de la Rosaleda (desde el inicio hasta que salió Oier) brilló por su ausencia (más vale que Osasuna salió de rojo (otro signo de identidad) de lo contrario... me hubiese sido difícil distinguir entre el equipo de toda mi vida y otro que no me dice ni me dirá absolutamente nada)

Resumiendo, el debate es el que es. No lo confundamos con debates de dudar del compromiso (que no se hace) de otros profesionales (en este caso de los jugadores foráneos) ni con debates de 11 navarros sí u 11 navarros no porque eso es falsear el debate. Hablamos de un debate de "identidad" que parafraseando de nuevo a Etcheberry es: "Lo más valioso que puede tener un club, es el aura en la que el hincha puede cobijarse a cada rato y sonreír con el mayor y la más noble de las jactancias" - y añado - pero en el momento que te la cargas... llega al aficionado la frustración, la decepción y las ansias de que al día siguiente se le ponga remedio con tal de restablecer unas señas de identidad que, en este caso, te hacen sentirte diferente y orgulloso del equipo de tu tierra.


“La identidad de un equipo de fútbol es un valor sagrado, es el molde donde caben el resto de los atributos. El estilo es el conjunto de rasgos que definen a un equipo y que lo diferencian de los demás, es el motivo de orgullo y son los colores de una bandera invisible de tradiciones, historias y sentimientos. No hay palabras suficientes para describir la complejidad del significado de la identidad. Sin embargo, todos entienden de qué se trata, simplemente porque es el concepto más importante, por encima de tácticas, estrategias, títulos y derrotas”. 
Fernando Pacini (periodista, locutor argentino)


El más importante. El más olvidado. Y en algunos casos como el nuestro... el más cuestionado. Por increíble que parezca.


"La fuerza del vestuario se hace con gente de casa. Y si no hay mucha pasaremos malas épocas"
(Cesar Cruchaga hace unos meses en Diario de Navarra)


"El riesgo está cuando traes demasiada gente de fuera. Que es lo que está pasando ahora. Paradójicamente en todas mis etapas en Osasuna los jugadores de casa eran siempre los más criticados. Se les perdona menos a los de aquí. Pero hay que tener en cuenta que ellos son los que verdaderamente te hacen el grupo" 

(Pedro Mari Zabalza hace unos meses en Diario de Navarra)






P.D. No quiero olvidarme tampoco de la gran importancia que ha tenido en la pérdida de la identidad navarra de Osasuna, la nefasta política deportiva que se llevó durante los pasados 6 años en el Promesas. Una política treméndamente alejada de lo que es la esencia de Osasuna pero a la que por suerte, con la salida de sus mayores responsables y llegada de sabia "nueva", ya se ha puesto fín.

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